marzo 29, 2017

La Bella y la Bestia (2017) || Crítica



He esperado esta película con ansia y con miedo, muchísimo miedo. Como clásico Disney que es muchos entendéis que resulta difícil ver una adaptación. Te sabes los diálogos de memoria, las canciones, los fotogramas, los centímetros exactos que separan a sus protagonistas dos segundos antes del gran beso; todo ello sumado a una sensación un poco confusa. ¿Por qué una película? Y lo que es más importante: ¿por qué hacerla calcada a la original si esta ya existe?


Bueno, la película tiene fallos, por supuesto, pero mi punto de vista no será del todo imparcial por mi gran vinculación con la original (cada vez que cambiaban una palabra en una canción me chirriaban los dientes).

Empezando por los actores, no estoy segura de si me gusta ver tantas caras conocidas, pero lo paso por alto por el hecho de que se ven solo al final. Emma Watson como Bella me ha parecido muy correcta, un soplo de aire fresco para el personaje. Es, en esencia, la misma, pero con algunas mejoras. Por ejemplo, ya no es solo la hija de un inventor. Ella misma crea mecanismos novedosos para facilitarse las tareas y ayuda a su padre.

La bestia, a mi parecer, está muy lograda. No os engañéis, se nota que es CGI y habrá momentos en que veáis claramente la diferencia entre Bella y Bestia, pero no es nada escandaloso que afecte al resultado final porque estamos hablando de una mujer interactuando con un ser inexistente y el contacto entre ellos resulta muy real.

Luke Evans como Gastón me parece, sin duda, la elección más acertada de toda la película. Verle ha sido revivir el personaje de dibujos en cada plano, no puedo sacarle defectos (salvo su canción).

Otro punto fuerte de la película es que se dan muchas más explicaciones acerca de temas que nos inquietaban como el pasado de Bestia, el paradero de la madre de Bella, qué ocurrió con la hechicera, por qué Bella y su padre no parecen encajar ni conocer a nadie de verdad en la aldea, por qué el príncipe abre la puerta de su propio castillo si se suponía que era alguien pretencioso, qué ocurriría realmente si la rosa perdía todos sus pétalos (permanecer siempre como bestia y cubertería no me parece explicación suficiente), por qué la aldea no sabía que había un castillo a su lado con un príncipe y gente que deberían conocer y un largo etcétera que la película de animación dejaba en el aire. Jamás lo considere un fallo por ser para niños y carecer de una necesidad real de dar explicación a absolutamente cualquier detalle, pero está muy bien que se hayan explayado.

Otro detalle que me ha gustado es que Bella intenta escapar en varias ocasiones, un comportamiento mucho más lógico que el de la resignación. Aunque entiendo que quisiera quedarse quietecita por si la bestia decidía atacar a su padre, creo que Bella es lista como para saber que si consigue llegar a tiempo podrían escapar.

También me ha parecido lógico que Bestia sepa leer. Es un príncipe y eso también se dice en la película de animación, sin embargo en esta última Bestia era analfabeto, algo que no concuerda con su estatus. Podríamos pensar que quizá su transformación ha tenido ese efecto, pero tampoco recuerda libros clásicos como Romeo y Julieta. De todas formas, en ambas películas se crea un vínculo precioso a través de la lectura, aunque de formas diferentes.

Pero no todo son cosas buenas y voy a empezar por las canciones que no son de la película de animación. No solo no he sentido la misma magia (quizá con la excepción de la última que canta Bestia solo), además me han sobrado completamente. No me encajaban ni en la situación ni en el personaje.

La gigantesca tontería del libro que les lleva a París. ¿Me estás diciendo que la hechicera te convierte en monstruo pero, eso sí, tiene el detalle de dejarte un libro para viajar por el mundo? Puedo entender el castigo mental que llegaría a implicar, pero para mí sería una salvación. No tendría ninguna necesidad de visitar lugares poblados.

El vestido de Bella para mí es un horror sin gracia alguna. El vestido de muchísimas cosplayers, con una infinidad menos de presupuesto, tiene más gracia, más volumen y una similitud increíble con el animado que no por ello lo hace parecer raro. Siendo uno de los puntos a los que más importancia le han dado, podrían haberlo hecho muchísimo mejor.











Un detalle menor que me ha puesto un poco nerviosa a lo largo de la película es el hecho de que a nadie parezca importarle el frío. El castillo está hechizado y hay nieve por todas partes, el padre de Bella casi se congela de no haber encontrado un fuego, pero eso solo se nota los 20 primeros minutos de metraje. Bella sale varias veces a la nieve, en plena noche, de manga corta o sin abrigo y sin el más mínimo gesto de frío. Esta chica acaba la historia con una pulmonía.

Pero sobre todo la sensación de que la película sobra. No me malinterpretéis, la he disfrutado mucho. He tenido momentos de emoción y piel de gallina, de revivir la primera vez que la vi. Pero no la considero trascendental, ni una reforma de la original completamente necesaria, ni algo que vaya a marcar un hito. La original era, para muchos, perfecta. No necesitaba esto y cuando alguien hable de La Bella y la Bestia es muy probable que esté refiriéndose a la original (sobre todo cuando pase un tiempo de este estreno).

Mi conclusión es que la recomiendo, sobre todo a los que les encanta la original, pero no esperéis el clásico ♥

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