marzo 30, 2014

Assassin's Creed Brotherhood


¿Y el 1? ¿Y el 2? ¡No los encuentro!
Bueno, eso probablemente se deba a que no creo que haga una entrada debido al largo, largo, LARGO tiempo que hace que los jugué. Pero sí que os puedo decir que debéis jugarlos antes que este y que los recomiendo tan encarecidamente que si no los jugáis apareceré de noche en vuestra habitación y os acuchillaré mientras dormís :D

Amenazas a un lado, tengo que hablar de este juego tan maravilloso. Las críticas lo anunciaban como el ejemplar más completo de la saga y por el momento tienen razón. Hay tanto por hacer que es muy fácil que te desvíes de la historia principal 20.000.000.000 de veces. Si queréis un juego en el que pasar mucho tiempo este es perfecto.

¡SPOILER ALERT! No me hago responsable de lo que leas o dejes de leer aquí abajo.

Como ya deberíais saber, Desmond y su grupo tuvieron que huir y buscar un nuevo emplazamiento donde continuar con la historia de Ezio. En esta entrega tendrás la oportunidad de moverte por el presente, ayudando a tus compañeros a ponerlo todo a punto para que el Animus te transporte de nuevo al pasado. Además, siempre que quieras, podrás abandonar la historia y salir del Animus para hablar con tus compañeros y leer mensajes sobre el desarrollo de las actividades (basura aburrida e innecesaria).

Ya como Ezio vienen las grandes posibilidades. La historia principal es bastante corta, de hecho en menos de una semana podríais tenerla lista (depende de cuanto de buenos seáis, claro). En mi caso quise hacerla primero de todo y en 4 días la tenía. Y ahora malgasto mi tiempo con toooodo lo demás hasta que consiga el siguiente.

¿Qué hacer en Roma cuando la misión principal se ha acabado o no queremos terminarla tan pronto? Tenemos las plumas y los estandartes, más fáciles que nunca gracias a los mapas, también increíblemente fáciles de conseguir (en serio, ¿qué le ha pasado de repente a esta saga?). Al tratarse de una única ciudad, la búsqueda podría ser mucho más fácil, pero no os engañéis: Roma es casi tan grande como todas las ciudades del 1 juntas. 

Otro entretenimiento son las atalayas, con un añadido especial: las torres Borgia (si el juego va de matarlos, pues es lógico que te causen problemas). De en vez en cuanto encontrarás en el minimapa una zona roja y un mensajito que te advertirá de que te encuentras en una zona prohibida (prohibida para ti, porque el resto de romanos de la zona pasean como si nada). En cuanto pongas un pie dentro se te echarán encima todos los guardias que te vean (que no son pocos), pero quien te debe preocupar será un personaj


illo al que deberás seguir. Sobre su cabeza te aparecerá un simbolito rojo que podrás ver incluso a través de los edificios (igual que cuando tienes que perseguir a alguien en una misión). Tienes que matarlo antes de que huya para así poder subir a la torre, ya que solo entonces te darán la opción de quemarla y hacer desaparecer la zona de influencia Borgia (la zona roja donde te persiguen los guardias). Al final funcionan también como atalayas, ya que te las contabilizan como tales y te ayudan a desbloquear mapa.

Todas las zonas rojas se pueden deshacer quemando una torre salvo el Vaticano (o al menos yo no he sido capaz, así que no me matéis). 

Las torres Borgia tienen otra finalidad. Durante el juego te encontrarás con 6 tipos de negocio que deberás ir reformando: Doctores, Sastres, Mercaderes de arte, Bancos, Establos y Herreros (los carteles y anuncios de "se vende" vienen en italiano). Si consigues reformar todos los puestos de Roma, conseguirás descuentos. Los doctores proporcionan medicamentos, veneno, etc y además te curan instantáneamente (lógico). Los sastres te permiten cambiar los colores de tus traje, así como mejorar pequeños aspectos de la armadura. Los mercaderes de arte te proporcionan cuadros con los que decorar las paredes de tu escondrijo de asesino y mapas de tesoros, plumas, estandartes... Los herreros te proporcionan armaduras, armas y un aumento de vida por aquellas compras que mejoren tus estadísticas... Los bancos te proporcionan una cantidad de dinero cada cierto tiempo que va aumentando conforme reconstruyas Roma. Para ello puedes construir negocios, comprar grandes edificios como el Coliseo, reconstruir partes del acueducto... Cada vez que realices alguna acción significativa, aparecerá un mensaje que te indica cuanto dinero generan los bancos cada 20 minutos. Finalmente, los establos. Simplemente te proporcionan un punto en el que conseguir rápidamente un caballo. En mi caso no los encuentro realmente necesarios, ya que puedes coger uno (o robarlo) en cualquier momento y llamarlo cuando lo necesites. 

¿Y después de este rollo para qué necesitas quemar las torres? Porque los negocios que estén dentro de su influencia no podrán ser reformados.

En este juego, además, tendrás la opción de conseguir algo especial en cada negocio realizando una búsqueda de objetos por toda Roma (excepto para los establos porque son inútiles y meh). Al completar la lista se te entrega ese algo especial.

Aparte de los negocios, hay estructuras que puedes reconstruir, reformar, asignar o simplemente comprar. Antes mencioné que hay algunas que se pueden comprar y conseguir ingresos extra en los bancos. El acueducto dispone de varias zonas para reparar y que el agua pueda seguir fluyendo. También podemos reparar o reabrir bocas a túneles subterráneos situadas en diferentes puntos de Roma. Se vuelven increíblemente útiles cuando eres un vago (ejem, ejem) y no te apetece cabalgar media ciudad porque, creedme, es enorme. Simplemente métete en la más cercana y selecciona el destino (no funciona muy allá si tienes un ordenador patata y te pasas media hora esperando que cargue). De vez en cuando encontrarás un edificio sin cartel de negocio que ponga que se vende, pero realmente lo que haces es asignárselo a un grupo (mercenarios, ladronescortesanas). Esto también te genera beneficios en los bancos y puntos rápidos de encuentro con un grupo.

¿Qué? ¿Todavía más? Sí, amigos. Parece una obviedad, pero hay que decir que el número de misiones secundarias es impresionante. Entre ellas, además, están las guaridas de los seguidores de Rómulo. Dentro encontrarás muchos de sus seguidores, tesoros y, lo más importante, llaves para conseguir una armadura final (fea como la madre que la parió), pero útil, ya que no rompe.

Los asesinos. Este juego no se llamaría Hermandad si no hubiera una. A medida que avances en el juego, irás encontrando puntos en el mapa donde salvar ciudadanos atacados por guardias. Cuando los hayas matado, habla con el ciudadano y te dirá algo como que gracias, que habría podido él solo o que quiere seguirte. En cualquier caso se habrá convertido en un pequeño asesino en potencia (oish, que mono). Aquí entran en juego los palomares. Aparte de proporcionarte alguna que otra misión de asesinato, desde aquí puedes dirigir a los aprendices que reclutes a misiones en países de Europa para que consigan experiencia y suban de nivel. Cuando llegan al nivel 10 se celebra una ceremonia de iniciación y ¡felicidades! Has creado a un nuevo asesino. Si te ves apurado en algún momento, estos aprendices y asesinos también pueden acudir en tu ayuda, siempre y cuando no se te haya ocurrido mandarles por ahí de viaje. Con cada llamada suelen acudir uno o dos asesinos a encargarse de los guardias que hayas seleccionado. O, si esperas a tener tres barras (que significan que tus asesinos están listos para atacar), tendrás la habilidad de que tus asesinos manden una oleada de flechas y maten a todos los guardias que haya medianamente cerca sin dañar a inocentes. Estas barras tardan bastante en cargar por muchos asesinos que tengas a la cola sin dar un palo al agua, así que es recomendable que te fijes en su estado por si las vas a necesitar. Debes tener cuidado con las probabilidades de cada asesino de completar una misión o, cuando los llames, de que salgan ilesos. Si mueren, tendrás que salvar a otro ciudadano y empezar de cero.

Leonardo, oh, LeonarAG, LEONARDO ES EL ÚNICO QUE HA ENVEJECIDO... ejem, digo... Leonardo tiene un papel muy importante también en este
juego y probablemente debería haberlo mencionado antes. Le han robado los planos de 4 armas de su invención y tus enemigos las han recreado. Tienes que colarte en cada una de las bases, quemar los planos y destruir las armas. A cambio, Leonardo te ofrece armas nuevas en unos bancos que el mismo señaliza para que te sientes. Esos bancos están disponibles incluso cuando ya tienes las armas y solo te sientas para oírle refunfuñar que ya lo tienes todo y que te vayas a tu maldita casa.

Si queréis recordar viejos tiempos, también tenemos pequeños secretillos como "La verdad" del 2. En algunas estructuras encontraremos símbolos extraños que nos trasportarán a una serie de puzzles. Cuando demos con todos tendremos como resultado un vídeo como en el anterior juego.

Como colofón, está lo bien que lo hagas en cada secuencia de ADN. En cada misión tendrás un objetivo secundario que, de completarlo, de proporcionará un 100% de sincronización. Si no lo consigues, te quedas con un 50%. No influye en el desarrollo de la historia, pero queda mejor decir que lo tienes todo al 100. Además tendrás pequeños logros de gremio para hacerlo todo más entretenido.

Y ahora sí, chicos. Este juego ya no puede ofrecernos más (pobrecito, tiene que estar agotado). Próximamente comentaré los siguientes juegos de la saga y, no desesperéis, quizá comente los primeros (que no tienen estúpidos establos).

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