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La vorágine de videojuegos parece no tener fin (algún día volveré con las series). Por el momento os traigo un jueguecito muy poco conocido pero que a mí me ha sabido a gloria. Ha merecido la pena hasta el último céntimo que pagué por él (bueno, es un poco corto, pero ya).

La protagonista es Rubi Malone, una de las mejores mercenarias del mundo. Al principio del juego aparecemos con una misión ya empezada: recuperar un maletín. Finalmente, resulta contener un corazón que entrega al hijo de William Ackers. Tiempo después, el mismísimo William Ackers busca a Rubi para llevar a cabo una misión porque ha quedado impresionado. Ahí es cuando empieza una historia bastante completita.

Me ofende gravemente que este juego no tenga más importancia. Los mismos creadores están sorprendidos. Es verdad que los gráficos no son los mejores (de hecho son bastante cutres), pero se trata de una forma de jugar muy novedosa. Lo que más valor tiene son las piruetas (pudiendo desbloquear más a medida que avanza el juego). Al realizarlas y disparar, el tiempo se ralentiza para que puedas ejecutar a los máximos enemigos posibles antes de llegar al suelo o levantarte. Estas también sirven para escalar, saltar paredes (un poco Assassin's Creed mezclado con Devil May Cry en todo lo referente a piruetas y modo de lucha).

Además, no se trata de la típica historia lineal, tiene muchas formas de juego diferentes. Cuando llegas a una sala grande suele querer decir que tendrás que encontrar todas las puertas y cerrarlas para que dejen de entrar enemigos y así poder matarlos a todos. Otras veces dispararás a un enemigos solitario en una cinemática y Rubi se manchará la cara de sangre. En ese momento entrará en cólera y toda la pantalla se volverá roja, negra y blanca. Eres prácticamente indestructible, solo tendrás que encargarte de hacer el mayor número de muertes encadenadas posibles. Habrá momentos en que mataremos a un enemigo situado en una ametralladora fija y podremos ocupar su lugar y matar a tantos enemigos como podamos. Incluso tenemos entrenamientos cada vez que conseguimos un arma. En definitiva, es un juego completito.

Además, dispondremos de algunas cinemáticas con quicktime events que a mí, personalmente, me encantan.

Cuantos más enemigos matemos con piruetas, más puntos conseguiremos. Al final de algunas pruebas o de cada capítulo, podremos acceder a un menú de tienda par conseguir más vida, potencia en las armas o piruetas nuevas.

Por todo esto, odio que no se le haya dado importancia y, además, se haya cancelado la secuela. Es verdad que los gráficos podrían mejorarse, pero no es un impedimento para jugar, no molesta y se está perdiendo un gran juego.

... y además hay monitos para coleccionar. Es el juego perfecto y tenéis que comprarlo o Rubi os meterá la paliza de vuestra vida. He dicho.